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«Todos nuestros empleados son empresarios», Piet Mazereeuw lo tenía claro. Una empresa exitosa necesita empleados emprendedores, y no solo a nivel directivo, sino a todos los niveles: personas que piensen activamente en la mejor manera de lograr los objetivos que se hayan propuesto.
La palabra emprendedor suele asociarse a dirigir un negocio propio. Pero ¿cómo se aplica esto dentro de una organización? Identificando las oportunidades, implementando cambios y prediciendo si las ideas son viables y rentables: estas son las capacidades por las que se distingue un auténtico emprendedor. Características que nuestra empresa considera muy valiosas. Nosotros facultamos a nuestros empleados y les permitimos responsabilizarse de sus objetivos, lo cual les permite desarrollarse y convertirse en auténticos emprendedores.