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En el difícil mercado actual, la eficiencia en la producción no es sólo un objetivo; es una necesidad. El aumento de los costes laborales, la escasez de recursos y los cambios climáticos extremos obligan al sector a replantearse cómo ser eficiente y rentable. Al estar en el inicio de la cadena de producción, nosotros, como empresa de mejora genética, podemos ayudar a mejorar la eficiencia en la producción mediante la mejora de portfolio y variedades que funcionen mejor optimizando la protección de las plantas, reduciendo gastos y ahorrando costes, garantizando que nuestros clientes puedan lograr mayores rendimientos con menos recursos.
En Enza Zaden somos conscientes de los retos a los que se enfrenta la industria, y por eso estamos comprometidos con los programas de mejora genética que ayudan a mejorar la Eficiencia en la Producción (EIP).
Nuestros esfuerzos se centran en varias áreas clave:
En Enza Zaden creemos que incluso los cambios más pequeños pueden suponer una gran diferencia. Tomemos como ejemplo las plantas de tomate: sabemos que el tiempo de recolección de los frutos es clave para la eficiencia. Por eso algunas de nuestras variedades de tomate son más fáciles de trabajar: la estructura de la planta es más abierta, lo que permite una recolección más fácil y rápida, ahorrando tiempo y dinero. En calabaza, por ejemplo, la mecanización de la recolección es algo que cada vez más productores empiezan a explorar. Como empresa de mejora genética, desarrollamos variedades que se adaptan específicamente a la recolección mecánica, manteniendo la mejor calidad y unos rendimientos increíbles.
También, nos hemos enfrentado a años en los que los precios de los recursos fluctuaban, siendo una variable importante para los rendimientos económicos. Los programas de mejora genética que dependen menos de los bienes de fertilización, así como del agua, son clave para afrontar estos nuevos retos. En cebolla, por ejemplo, nuestro equipo de mejora se está centrando en desarrollar variedades que rindan mejor con menos agua. Lo mismo ocurre con el colirrábano; el objetivo es desarrollar variedades que mantengan el rendimiento y la calidad dependiendo menos de los fertilizantes.